Esta especie derivada de los todogratis también merece un tratamiento en estas notas. La característica principal de sus integrantes es una manifiesta incapacidad, o por lo menos reticencia, a comprarse algo original (ya sean CDs de música, DVDs de películas o series, entradas de cine, videojuegos y ahora ya empiezan también con los libros), y en su lugar pillárselo del top-manta o, preferiblemente, descargárselo de Internet.
Cierto es que España siempre ha sido un país en el que las palabras "gratis", "rebaja" o "descuento" producen una fascinación colectiva. No hay más que fijarse en cosas como las colas descomunales de personas que se abalanzan sobre lo que se da cuando un grupo de agricultores decide regalar algún alimento como protesta, la afluencia masiva a cualquier espectáculo gratuito o jornada de puertas abiertas, la gente entrando desesperada a los grandes almacenes en las rebajas para arramblar con todo, o el estar siempre al loro de descuentos y ofertas de distintos sitios (cupones descuento de X, tarjetas de Y, promociones de Z, etcétera, etcétera).
Con la proliferación de Internet y la banda ancha, ahora este tipo de individuos tiene vía libre para obtener casi totalmente gratis lo mencionado anteriormente, gracias a Emules, Megauploads, Bittorrents, streams y demás. En ocasiones esto llega hasta tal extremo de absurdidad que tienen tanta música, cine y videojuegos descargados que no les queda tiempo material de disfrutar de todo ello, y en su lugar lo único que hacen es almacenarlos en discos duros externos o en cajones y seguir descargando aún más, no se sabe con qué fin... No sólo eso, sino que además alardean de ello: te enseñan orgullosos sus cajones llenos de juegos, sus discos externos con gigas o teras de material descargado, el orgasmo que les produjo piratear su videoconsola o que ya han visto una película que ni siquiera se ha estrenado todavía en los cines.
No negaré que por ejemplo las temporadas de series son una clavada y que con los CDs de música se pasan bastante. Ahora bien, los descargadores se escudan en el precio para llegar a extremos realmente delirantes. Han llegado a tal nivel de adicción que sinceramente creo que si una entrada de cine valiera 3 €, y un disco o DVD 10 €, tampoco se gastarían el dinero en ello. Mientras que sea más barato proporcionalmente pagar a la compañía telefónica por la tarifa plana de banda ancha, ahí que seguirán.
De hecho España, en cuanto a volumen de descargas en Internet, en términos absolutos, es el segundo país del mundo, por detrás de China. Pero claro, hay que tener en cuenta que en China la población es 30 veces mayor, así que sale algo así como que un español de media descarga 15 veces más material que un chino, y no digamos ya que habitantes de otros países... En fin, esto da una idea de qué tipo de gente habita este país.
Me exaspera especialmente el tema de la piratería en gente de mi gremio. Un ciudadano de a pie puede que no se dé idea de lo que cuesta hacer un programa informático o un videojuego decente, pero un informático lo sabe perfectamente. Hay una cantidad ciertamente notable de descargadores compulsivos que a su vez son informáticos, lo cual es una señal de hipocresía tremenda. Claro, luego éstos trabajan en empresas y pretenden que les paguen por su trabajo, y que los programas que desarrollen sean de pago. O sea, que los demás me paguen a mí por mi trabajo, pero yo no pago a los demás por el suyo. Qué bien, qué gran ejemplo...
Luego también odian profundamente a la SGAE y se manifiestan en contra del canon. Qué cojones, tendría que ser yo el que protestara contra el canon, ya que yo si me compro un disco duro externo es para almacenar fotos, no para tener películas y videojuegos por la patilla, y estoy pagando por los desmanes de estos jetas...
¿Qué creo yo que se tendría que hacer? Propongo lo siguiente:
- Por un lado está claro que las discográficas, los cantantes y los actores tienen unos salarios desproporcionados. Otro tema que tiene tela son los derechos de autor, sobre todo cuando hace siglos que murieron (¿que los herederos de Mozart cobren? Vamos, no jodamos.). Tendría que llegarse a unos niveles razonables de retribuciones y precios. Ahora bien, los actuales son caros, pero muchas veces tampoco para tanto: una entrada de cine es como una copa en un bar, y un videojuego, aunque a lo mejor te valga 60 €, te puede durar meses, si te lo compras con un cierto análisis previo.
- En cuanto al tema de las descargas, en mi opinión se tiene que perseguir individualmente. Para ello, la única salida que le veo es acusar a las compañías telefónicas y proveedores de Internet de complicidad de delito (sin acceso a Internet no puedes cometer el delito, así que son obviamente cómplices) y que, o bien delaten a los descargadores o bien que asuman ellas las multas consecuentes. Sobre lo primero dirán que atenta contra el derecho a la intimidad y las libertades individuales, pero el hecho es que las compañías telefónicas ya monitorizan el tráfico, así que no veo cuál sería el problema. Sobre lo segundo, evitaría tener que juzgar a casi toda la población española, pero si las multas son de cuantía entonces las compañías telefónicas tendrían que subir sus tarifas, y seguramente ya dejara de compensar el usar Internet para descargas, con lo cual éstas se reducirían drásticamente.
O se toman medidas así, o esto sólo va a ir en aumento (de hecho, es que las tarifas telefónicas en España son de las más caras de Europa, y aún así ya se ve lo que hay). Mientras siga habiendo pringados que paguemos de vez en cuando por los originales puede que la cosa se mantenga, pero a lo mejor suben tanto los precios que también nosotros nos hartamos y lo mandamos a la mierda. Los descargadores habrían conseguido entonces que la música o el cine desaparecieran, pagando como siempre justos por pecadores. Además, seguro que tampoco lo lamentarían mucho, sino que encima se burlarían de los pringadetes con el argumento infantil e irresponsable de "sí, los hemos hecho desaparecer, pero que nos quiten lo bailao".
Yo soy de los que generalmente consumen todo original (digo generalmente porque en mi adolescencia no sabía que significaba la palabra legal jijiji) pero no estoy muy de acuerdo con tus medidas. Creo que tratar de impedir las descargas ilegales es ponerle muros al mar. Está claro que el modelo ha cambiado, y el que no sepa adaptarse a ello sólo le espera su extinción. Qué propongo? bueno, depende del sector, pero por ejemplo, para los 3 principales:
ResponderEliminar- Música: Los beneficios deberían estar obtenidos casi de forma integra mediante giras y conciertos. También buscar otras formas como campañas de marketing, patrocinios, etc. pero nunca de el hecho de vender un soporte como un CD.
- Cine: Quizá el más complejo ya que es difícil sacar grandes beneficios (comparando el coste de crear una película) puramente de marketing, y las giras en este caso no tienen sentido. Una parte muy importante de los ingresos vienen por cines, el cuál debería mantenerse en un nivel similar incluso a pesar de la piratería, y acudir a mejoras como ya hacen muchos cines tales como asientos que vibran, 3D,... que mantendrán la experiencia del cine lejos de una descarga, y por tanto valiosa frente a la piratería. Para la parte de venta de DVDs, igual que en la música, tienen que cambiar el modelo y abandonar ese soporte a corto-medio plazo, distribuyendo el contenido a un precio mucho más bajo a través de Internet.
- Juegos: Creo que aquí la solución ya está bastante más avanzada, ya que hay muchas compañías que usan sistemas como Steam o similares que no permiten jugar a juegos pirata (o si lo permiten, no tienes capacidad de jugar en modo multijugador lo cuál es en muchos casos la esencia del juego). Creo que van en la dirección correcta así que dudo mucho que la piratería acabe con este sector.