Motivos no me faltaban: que nadie puede ser mejor después de un cáncer que antes de padecerlo, que Armstrong había sido un corredor potente y rodador bueno para las clásicas, pero no un escalador ni tampoco un gran contrarrelojista, que ganaba con demasiada facilidad y en todas las especialidades...
Pues nada, la gente completamente obnubilada: que si yo era un incrédulo, que siempre pensaba mal de los demás, que qué sabía yo de ciclismo (cuando había visto todas las grandes vueltas desde 1990), que era incapaz de asumir que un deportista podía ser manifiestamente superior, y demás zarandajas. Sólo recuerdo a una persona que estaba de acuerdo conmigo. Hale, pues con su pan se lo coman. Bien calladitos que están ahora.
Dada la repercusión de la noticia, es el momento adecuado para hablar del tema del dopaje deportivo en general, a ver si esta vez alguien me hace un poquito más de caso. De hecho, y aunque también se me acusará ahora de antiespañol, aprovecho para airear otras de mis sospechas:
- Existen al menos 3 deportes en los que el dopaje es masivo, por no decir absoluto: ciclismo, atletismo y natación. Hay otros, como el fútbol, el baloncesto o el tenis, donde me parece que no es tan masivo, pero sí considerable.
- De las actuales figuras deportivas, opino que entre otros se dopan Usain Bolt, David Rudisha, Rafael Nadal, Novak Djokovic, Alberto Contador o los jugadores de la NBA (donde sólo tienen que pasar un control, y siempre en octubre). De los ya retirados, pongo en el punto de mira por ejemplo a Miguel Induráin y Michael Phelps.
- El creciente número de casos de muertes repentinas en el deporte están directamente relacionadas con las drogas, ya sea por dopaje o porque las toman en distintas juergas.
Paso a justificar un poco estos 3 puntos:
- Elijo esos 3 deportes porque son con diferencia en los que cada año se baten más récords mundiales (basta recordar algunos de los últimos mundiales de natación), algo manifiestamente imposible si se jugara limpio. ¿Por qué? Pues muy sencillo: porque una vez que el deporte se profesionaliza, todos los deportistas de élite están cuidadosamente elegidos y entrenados en exclusiva para ella, con lo cual el hecho de batir un récord sería algo excepcional, y no algo que suceda cada año (y conforme van pasando los años, debería ser cada vez más excepcional). Los materiales no han mejorado tanto en los últimos años como para justificar esa mejora de las marcas, así que tampoco sirven de explicación. Y además de eso, está el tremendo número de precedentes: me vienen a la cabeza gente como Marion Jones, Maurice Greene, Justin Gatlin, Ekatherini Thanou, Richard Virenque y todo el equipo Festina, Marco Pantani, Joseba Beloki, Jan Ullrich y toda la Operación Puerto...
- Este punto es consecuencia del anterior: todo aquel que bata récords de forma inusitada y además con un margen tremendo (Bolt, Rudisha, Phelps), que tenga una musculatura desproporcionada o nunca vista antes en ese deporte (Nadal, los de la NBA), que de repente empiece a ganar todo y de forma abrumadora (Armstrong, Djokovic el año pasado), o que corra o aguante físicamente demasiado dada su complexión (Induráin) tiene casi todas las papeletas para ir hasta las trancas.
- Esto también está relacionado con el punto 2. La clave es que cuando un suceso se sale demasiado de la tendencia habitual, algo sucede. Pasan décadas sin haber prácticamente ninguna muerte en un campo de fútbol, y de repente empiezan a caer como moscas (Puerta, Jarque, Foe...), gente joven y supuestamente en muy buena forma física, y la justificación para ello es que tienen malformaciones cardíacas que curiosamente nunca se habían detectado antes, cuando ahora tienen a médicos especializados a su disposición, dietas personalizadas, monitorización mucho más frecuente que hace años... Pues no cuela, señores.
Podría extenderme más, pero me parece que es algo tan obvio que no debería admitir discusión. Lanzados ya los dardos, intentemos ahora ser un poco más constructivos y analizar por qué sucede esto y cómo se podría solucionar.
Sobre las causas, creo que las fundamentales son 2:
- La cantidad de dinero en juego. Cuando el premio es muy suculento y hay muchos intereses creados, las trampas afloran como setas. Cuando el Tour de Francia era una carrera para unos pocos desconocidos que se dedicaban a la bici como afición, aquello era puramente vocacional; ahora que es una carrera que mueve millones cada año y que sólo la corren ciclistas entrenados exclusivamente para ello, pasa a ser un negocio y no una afición. Y ya sabemos cómo es el mundo de los negocios, donde la honradez se deja de lado porque lo que importa son los resultados y las ganancias.
- La necesidad de espectáculo continuo. Gran parte del dinero que se mueve en el deporte viene de los medios de comunicación, especialmente de la televisión. A cambio de los derechos televisivos, el organizador del evento deportivo cobra un pastón. Pero claro, a su vez los directivos de las cadenas esperan que estén delante de la televisión millones de personas, incluso aquellas a las que ese deporte no les llama la atención especialmente. Y esto no es posible si cada año no se da algún aliciente: que se batan récords mundiales, que se vaya cada vez más rápido, que se tire cada vez más fuerte, que las pruebas sean cada vez más duras... El deporte se ha convertido en un circo, y el que haga el más difícil todavía es el que se lleva el gato al agua.
¿Cómo se soluciona este asunto entonces? Pues sólo veo 2 posibles salidas:
- Volver a los orígenes y que el deporte moviera menos dinero y no fuera tan espectáculo de masas. Esto es muy utópico, pero me parece totalmente irreal porque ya hay demasiados intereses creados. De hecho, la posibilidad de que pillen a alguien dopándose y lo expulsen parece que se ha integrado ya como parte del show...
- Ser pragmático, dejarse de matar moscas a cañonazos y admitir abiertamente el dopaje, y que quienquiera que esté viendo un deporte sepa que allí todo el mundo puede ir hasta arriba. A pesar de lo que pudiera parecer, no creo que esto repercutiera demasiado en las audiencias (sin ir más lejos, en Estados Unidos siguen viendo la NBA y el béisbol como si nada), y además se ahorraría todo el dinero de los controles antidopaje.