domingo, 20 de abril de 2014

Rapiñadores extremeños

Son tantos y de tal calibre los desmanes urbanísticos que se han cometido (y se siguen cometiendo) en este nauseabundo país que resulta difícil escoger un ejemplo particular, pero lo voy a hacer. Si tuviera que elegir sólo una tropelía que resuma a la perfección cómo los especuladores campan a sus anchas en esta España canalla, con la complicidad necesaria de unos políticos serviles y rastreros, elegidos por un populacho inmoral y paleto que alienta con todos sus votos estos tejemanejes intolerables, ésta sería la urbanización Marina de Valdecañas.

Pongámonos en antecedentes: pueblo de El Gordo, provincia de Cáceres, casi lindando con Toledo. Típico paraje de dehesas y cultivos a la vera del Tajo, que es para lo que da el terruño. Construcción en 1963 de uno de los grandes pantanos típicos del franquismo: el embalse de Valdecañas. La gran extensión de agua (cuando no hay sequía) provoca que aquí se vaya asentando la colonia de cigüeñas más numerosa de España y que la UE declare el territorio como zona de especial protección. Pero incluso en los años más lluviosos el lago deja al descubierto una península muy golosa: la llamada Isla de Valdecañas.

El antes...

Y ahora empieza lo bueno. Un depredador urbanístico (José María Gea) que ya se había enriquecido llenando de ladrillo la costa de Huelva se fija en el lugar e idea una megalómana urbanización con más de 500 chalés de lujo, hoteles, el consabido campo de golf (regado con la propia agua del embalse), y el club náutico que permita a los pudientes propietarios usar esa agua de todos para darse paseítos en barco y de paso llenarlo todo de porquería, porque que yo sepa los ricos también cagan y tiran basura, y sus zurullos y las sobras de sus ágapes no huelen a Chanel n.º 5 precisamente.

Todo esto en 2007, cuando ya cualquiera con dos dedos de frente sabía que el tablero de Monopoly iba a saltar por los aires. Pero como muchos se meten en política "para forrarse" como el amigo Zaplana en lugar de para mejorar la sociedad, en vez de mandar a la mierda al mal bicho de Gea como imponía la decencia, la Junta de Extremadura (gobernada por el PSOE, para más inri) fue y, con el apoyo del PP, declaró el proyecto, atención, de interés público (en concreto, "Proyecto de Interés Regional"). Una urbanización privada para ultrarricos de interés público. Para mear y no echar gota.

Por una vez fueron los ecologistas y protestaron por algo sensato, yendo a los tribunales. Quieto ahí, que se trataba de un tribunal español de éstos que, entre que tienen que juzgar sobre estupideces que no se deberían admitir a juicio y que están totalmente politizados, se tiró sus buenos 4 añitos (cuando no hacen falta más que 5 minutos para saber que era absolutamente ilegal) para dictaminar que sí, que aquello era ilegal. Muy bien, cuando ya estaba construida más de la mitad del atentado urbanístico y muchas casas vendidas gracias a la inestimable intermediación de Gómez-Acebo, sobrino del rey. 

... y el después.

No sólo eso, que además si se derribaba lo construido eran, atención, los propios ecologistas los que tenían que poner una fianza millonaria. En lugar del puto constructor y sus puñeteros secuaces sentados en los escaños. Pero si aclaro que entre los compradores figuraban el propio Gómez-Acebo, un retoño de Aznar, distintos directivos de la banca y de las eléctricas la cosa se entiende mejor, ¿a que sí?

Con una sentencia firme se entendería que la codicia hubiera dejado paso a la mesura y que aquello se hubiese detenido. No, hombre, cómo iban a renunciar esos políticos infames a sus mordidas y a molestar a los prebostes que luego en agradecimiento les podían ofrecer alguna sinecura en el sector privado. 4 días después de la sentencia (sí, esto fueron 4 días, no 4 años) ya se habían puesto de acuerdo el PSOE y el PP para cambiar la Ley del Suelo de Extremadura, de forma que directamente se pudieran urbanizar terrenos protegidos. Así, tal cual, ¿qué coño más dará que estén protegidos? Ah, y con efecto retroactivo, que esto había empezado en 2007. Con dos cojones.

Ante lo cual, en lugar de que el Gobierno central enviara ese mismo día a las fuerzas del orden y enchironara a todos esos parlamentarios y al equipo de la constructora, que es lo que habría sucedido en un país civilizado, los únicos que siguieron sin rendirse fueron los ecologistas, quienes volvieron a recurrir ante el Tribunal Supremo. Otra vez vuelta a esperar hasta ya 2014, en donde se volvió a sentenciar la evidente ilegalidad. Y mientras tanto los imbéciles del pueblo haciéndoles la vida imposible a los querellantes y lamiéndole el culo a Mr. Marshall, que diga, a Mr. Gea. Que va a ser muy bueno para el pueblo, dicen. Cuando si se comen algo no van a ser más que las migajas que se les caigan de la boca a los señoritos. Igualito que en Los Santos Inocentes, que también está ambientado en Extremadura. 50 años después e igual de palurdos. Ése es el nivel del populacho carpetovetónico.

Como con una sentencia del Supremo ya no se puede recurrir, ahora la cosa está más jodida. Incluso así, el renovado pero igualmente infame gobierno actual extremeño (PP + ¡¡¡IU!!!) sigue buscando resquicios legales y mareando la perdiz para que no tenga que entrar la piqueta y arrasar con todo. ¿De verdad sería tan difícil hacer que simplemente no se pudiera construir mientras existiera algún tipo de proceso legal sobre una urbanización? Si tardan años en resolver y poder así otorgar el permiso de obra definitivo, pues que se aguanten entretanto. Y si la constructora se salta esta prohibición a la torera y continúa edificando, se dinamita sin más. Bueno no, sin más no, antes de dinamitar lo edificado, hay que asegurarse de que los promotores queden sepultados bajo los escombros.

Ahora la última es que la constructora ve que las cosas se van a poner chungas y que existe una posibilidad real de que tenga que indemnizar a los compradores. ¿Qué hace en esa situación? Muy sencillo, la clásica jugada de declararse en concurso de acreedores. ¿Cómo quiere usted que indemnice a mis compradores con el dinero que obtuve de ellos y de la recalificación? Si los pueden indemnizar el resto de extremeñitos o de españolitos, yo mientras puedo seguir paseándome en yate y zampando langosta, mientras afirmo con mi rostro de cemento que no puedo afrontar esos pagos.

Ojalá esta gentuza no sólo terminara con la cara de cemento armado, sino con los pies también metidos en cemento y hundiéndose poco a poco hasta el fondo del embalse. Que al menos no sólo nos hubiéramos llevado por delante este paraje, sino también a todos los hijos de la gran puta involucrados. Por soñar que no quede.

domingo, 30 de marzo de 2014

A las dos serán las tres

Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, y las dos y las dos...

Otro año más la misma estupidez y tocada de huevos: a adelantar una hora ahora en primavera, para luego retrasarla otra vez en otoño. Siempre vendiéndonos la moto de que así se ahorra mucha energía, somos todos superfelices y comemos superperdices, cuando no hay absolutamente ningún estudio serio que permita concluir que eso sea así. El dichoso cambio de hora se ha convertido en una religión y, como toda religión que se precie, no atiende a razones, se tienen que seguir sus preceptos obligatoriamente, y estos preceptos son por lo general un auténtico fastidio.

Desde el punto de vista energético realmente es que no hay por dónde cogerlo. Muy bien, adelantamos la hora a finales de marzo, con lo cual hasta finales de octubre tenemos una hora más de luz en el día y no hay que iluminar hasta la hora de cenar. Ya, lumbreras, pero como las horas de sol son las mismas independientemente de la hora de reloj que tú uses, resulta que por la mañana hay menos luz de la que tocaría, así que te toca iluminar lo que en condiciones normales no, y entonces lo que ahorras por la tarde te lo comes con patatas por la mañana. Lo comido por lo servido, vaya.

No sólo eso, sino que a fin de cuentas el consumo energético doméstico es considerablemente menor que el industrial. Aunque consiguieras ahorrar algo en la iluminación de las casas, en una fábrica da lo mismo la luz que haya fuera: independientemente de que sea de día o de noche, de que haga sol o de que esté nublado, la maquinaria tiene que funcionar durante las horas de operación, y como ese número de horas no cambia, la fábrica va a consumir exactamente lo mismo con o sin cambio de hora. 

Por si todavía esto no fuera suficiente, en el caso particular de España hay un argumento definitivo. La mejor prueba de que no se ahorra nada de energía es que el lobby mafioso-energético (Endesa, Iberdrola, Gas Natural y demás caterva) no dice ni mu. Si de verdad se consumiera menos durante siete meses al año, ya se preocuparían estos depredadores de presionar para que eso no fuera así y pudieran seguir teniendo sus inmorales y astronómicos beneficios (todavía más astronómicos que los que ya se reparten los muy hijos de puta).

Queda claro por tanto que por la energía no es. ¿Y entonces por qué se hace? Pues no veo que ningún sector se beneficie claramente, así que tiene pinta de que es una moda idiota más que nada. Quizás al comercio le venga bien que cuando la peña termina de trabajar (quienes trabajan, que cada vez son menos) todavía haga sol y se anime a ir de compras, pero van a ser compras en locales cubiertos en los que, al igual que las fábricas de antes, el tiempo que haga fuera es indiferente. Salvo que con la oscuridad te entre la pereza y no vayas (cosa que tampoco termino de ver), desde el punto de vista del comercio no hay ninguna diferencia.

Lo que sí tengo meridianamente claro (me ha tocado sufrirlo) es que el que haya de facto un día al año con 23 horas y otro con 25 es una jodienda para cualquier proceso automatizado. Y de las gordas. Si consiguiéramos ponernos de acuerdo para adelantar/retrasar la hora todos los países en el mismo momento, sería una soberana gilipollez, pero al menos estaríamos haciendo todos el gilipollas de manera coordinada. 

El caso es que como, además de gilipollas, somos una raza tribal hasta decir basta e incapaces de ponernos de acuerdo sobre cualquier tema mundial, cada región hace lo que le sale de los huevos y cuando le sale de los huevos. Ni siquiera dentro de cada país hay unanimidad (salvo en Europa, donde más o menos esta imbecilidad está estandarizada). Pero a las autoridades plin, que esos mismos ingenieros que nos dicen con estudios que esto del cambio de hora es una chorrada ya se las apañarán para que la maquinaria siga funcionando. Tragan lo que les endiñes, oye.

sábado, 22 de marzo de 2014

De qué va esto

Pues es muy sencillo. Éste es mi blog y escribiré en él lo que me dé la real gana. 

La gran ventaja de no escribir para ningún medio concreto es que ningún remilgado "defensor del lector" (eufemismo para "atacante del escritor") al servicio de ñoños tiquismiquis me cantará las cuarenta por ser un machista trasnochado enemigo de la igualdad de género y génera, un centralista que no acepta la pluralidad y diversidad cultural, lingüística y de pollas lisas de los 17 reinos de taifas de esta casa de Tócame Roque a la que llamamos España, o un chulo elitista que se cree superior a la masa borrega y primitiva que habita esta parte del mundo.

Y no sólo me libraré de la dictadura de la corrección política y el buen rollito, sino también de las dichosas líneas editoriales. Como no estoy a las órdenes de este gobierno corrupto, vil y meapilas, no tendré que lamerles el culo con el arte de Marhuenda a la caterva de mangantes desvergonzados que nos gobierna (no se nos olvide, patulea votada voluntariamente y con mayoría absoluta por esa población analfabeta y gilipollas a la que aludía más arriba), al igual que me permitiré el lujo de vez en cuando de fantasear con que desaparezcan de una puta vez las que posiblemente hayan sido las dos instituciones más nocivas para este país: la Iglesia y la monarquía.

Pero como tampoco comulgo con la progresía buenista-ecologista-pluralista-feminazi, podré escribir "Cataluña", "La Coruña", "Vitoria" y "Onteniente" (al igual que digo Londres en vez de London, y Ratisbona en lugar de Regensburg), defender que a los niños hay que darles un cachete como es debido cuando se pasan de la raya (cosa que no les causa ningún trauma que necesite ser tratado por psicoterapeutas y psicoterapeutos) y sostener sin despeinarme que jugar ellos a los soldados y la guerra y ellas a las muñecas y las cocinitas no es un rol impuesto por una sociedad sexista y opresora, sino lo que se ha venido haciendo toda la vida porque es lo que les gusta de manera espontánea, qué coño. Hasta se me permitirá afirmar que para cuando son un poco más mayorcitos, tampoco pasa nada por no permitirles ir a clase (que no estudiar) a los que no saben hacer la o con un canuto o a quienes les importa un comino lo que allí se explique.

Lo malo es que, para que me lea alguien, lo tendrá que hacer ex profeso, ya que no se topará con mi careto en ninguna columna impresa o tertulia televisada sin quererlo ni beberlo. Y dado que por estos lares esto de leer, pensar y argumentar como que no se lleva mucho, dudo de que consiga una legión de seguidores. El caso es que no escribo para que me idolatren; fundamentalmente es un desahogo, que de momento me refrena de mandarlo todo a tomar por saco, agarrar un Kalashnikov, bajar a la calle y coser a balazos a todo quisqui.

Así que a los que se animen, por aquí nos iremos viendo. A menos que acabe por pillar el AK-47 y la líe parda cualquier día de éstos.